09 May Así se ‘cocinó’ el reportaje en el que Peter Lim se quitó la careta
Casi siete meses, varias horas de conversaciones telefónicas, decenas de documentos y un viaje a Singapur para entrevistar al empresario cara a cara. Es, a grandes rasgos, el resumen de la elaboración de un reportaje que sacudió al valencianismo apenas horas antes de una manifestación callejera que supuso un punto de inflexión respecto a la relación entre Peter Lim y la masa social del Valencia CF. Un punto de ruptura y de no retorno que llevaba ‘cocinándose’ mucho tiempo, mucho más desde luego que el susodicho reportaje.
Retrocedamos a noviembre de 2020, cuando el equipo de Financial Times comenzó la investigación sobre Meriton Holdings tras un verano de ventas inexplicables, dolorosas y, en muchas ocasiones, por debajo de su valor. Tras contactar con varios aficionados del club a nivel internacional, tanto en nuestro país como en el extranjero, las primeras anotaciones surgieron en torno al balance contable del club, a las pérdidas en los siete años de Meriton al frente del Valencia y a los cambios que el ‘rodillo’ accionarial iban a introducir en la Junta de Accionistas del mes siguiente, entre ellas el aumento de 9 a unas dictatoriales 3.598 acciones para poder acudir a la Junta y las condiciones del préstamo concedido por Lim al club en verano de 2020.
Las semanas pasaron, la Junta se celebró y la irrupción del colectivo Libertad VCF a nivel legal, primero solicitando la impugnación de la Junta y, ya en febrero, siendo admitida a trámite su denuncia contra los acuerdos acordados en ella, volvieron a modificar el enfoque del reportaje. Es lo que tienen los grandes medios: presupuesto, recursos en forma de redactores, y un tiempo de elaboración que pocas veces se ven en la prensa española. Libertad VCF se había constituido como asociación a todos los efectos y, casualmente, algunas de las fuentes consultadas por FT les habían hablado positivamente de su trabajo agrupando acciones y consiguiendo llegar al 1% del accionariado en apenas cuatro meses de vida (desde agosto hasta noviembre de 2020).
Antes de la primavera y tras acumular un buen número de documentos, otra novedad: las sanciones de la FIFA a aquellos clubes que habían incurrido en irregularidades en operaciones con TPOs como Gestifute o fondos de futbolistas. Unas sanciones que coincidieron con la publicación del primer gran reportaje de un medio de renombre internacional denunciando la situación del Valencia: el New York Times (otro día contaremos cómo fue aquello) pasó varios meses pulsando la opinión de los aficionados y lanzó una ‘bomba’ el 5 de febrero que impactó en la línea de flotación de Meriton Holdings, una empresa que tiene en alta estima su reputación en el ámbito de la empresa y las finanzas.
Llegamos a principios de abril de 2021. Caso Diakhaby. Escándalo internacional tras lo ocurrido y, a pesar del respaldo unánime de aficionados y club al futbolista, el ruido de sables no se tradujo en consecuencias ni cambios reales en LaLiga. El revuelo mediático fue aprovechado por Meriton para volver a posicionar su imagen, a pesar de un manejo de la escena bastante cutre por no decir salchichero (ej. Diakhaby grabando un vídeo a solas en el jardín de su casa mientras Cala ofrecía una rueda de prensa pública con respaldo del Cádiz CF). Eso sí, a Anil Murthy y colaboradores les vino de lujo el pretexto para seguir dando cancha a su narrativa sobre el racismo hacia Meriton, algo que llevan tratando de promover desde principios de temporada (aunque pocos ‘compraron’ su argumentación).
Y, tras el silencio… habló. Llevaba callado desde diciembre de 2015. Y, seis años y medio después… habló. A mediados de abril, entre el 14 y el 15 de dicho mes, una reportera del Financial Times (Stefania Palma) viajó a Singapur después de que Peter Lim aceptase hablar con dicho medio con motivo del reportaje. La periodista fue recibida -aunque la palabra correcta sería ‘agasajada’– en el aeropuerto del lugar, recogida por una característica furgoneta negra con el escudo del Valencia -que ya se ha visto en anteriores ocasiones en Singapur- y tratada de manera exquisita durante su estancia. Allí pudo sentarse cara a cara con Peter Lim para grabar una entrevista que el propio Financial Times calificó como «poco habitual» debido a las reservas del empresario a exponerse públicamente.
Tras muchos meses colaborando con el FT, las diversas fuentes valencianistas -entre ellas, el miembro de Libertad VCF Marcos Colomer y el economista Gaspar Romero– temían que, tras estas declaraciones, la pieza pudiese acabar blanqueando la imagen del magnate, como se ha intentado hacer desde los medios oficiales del club o desde satélites como el fanzine Batzine. Murad Ahmed, periodista ubicado en Londres y responsable de la investigación, descartó esa posibilidad y se limitó a señalar que las palabras de Lim habían sido «coloridas», por ser suaves. Y, ya con todo atado, se comenzó la redacción final del artículo.
La fecha prevista para la publicación era la medianoche del sábado 8 al domingo 9 de mayo. Mientras en el Financial Times perfilaban el texto, el valencianismo daba otro paso adelante: convocar la primera gran manifestación masiva contra la gestión de Meriton y por la libertad del club, organizada por Libertad VCF y Curva Nord y a la que se fueron sumando diversos colectivos. La fecha escogida: 8 de mayo a las 18:30 horas.
El viernes 30 de abril se produjo el bloqueo de las redes sociales del Valencia CF por parte de Meriton (impidiendo que los aficionados pudiesen responder a los tuits del club) con el pretexto de seguir la senda abierta por el ‘blackout’ de los equipos de la Premier; el lunes 3 de mayo, cuando terminó dicho ‘apagón’, el Valencia se convirtió en el único club del mundo que no permite a sus aficionados contestar ni a sus tuits ni a sus posts en Facebook.
De manera inesperada, el Financial Times adelantó 24 horas la publicación del reportaje a las 23:00 horas del viernes 7 de mayo. Plazadeportiva fue el primer periódico de nuestro país en traducir las palabras de Peter Lim en un reportaje (versión original en inglés) que se convirtió en viral con rapidez entre los aficionados. Las palabras de Peter Lim, la enésima falta de respeto y menosprecio a la masa social del club, fueron gasolina para convertir la manifestación del sábado en un éxito sin precedentes, con más de 6.000 asistentes en la marcha y sin ningún incidente. Las imágenes han dado la vuelta al mundo. Lo sucedido fue tan gordo que incluso sacó de su retiro al expresidente Amadeo Salvo, actor involucrado directamente en el proceso de venta a Peter Lim y que declaró, tras años de silencio, haber sido «engañado» por el magnate.
Este lunes 10 de mayo el reportaje del FT aparecerá en su versión impresa y el mundo de las finanzas podrá comprobar, en primera persona, cómo es Peter Lim después de quitarse la careta.
Diez lecturas de las palabras de Peter Lim
1) Las pronunció antes de que hubiese ninguna manifestación convocada. Las hizo más de 10 días antes. Sus opiniones no están condicionadas por el hecho de que hubiese una manifestación prevista. Simple y llanamente, Lim piensa así. El menosprecio y condescendencia que siente hacia los aficionados iban de serie.
2) Se acabó ‘la teoría del filtro’. Hasta la fecha, sus defensores más acérrimos -¡sí, todavía los hay!- disculpaban los dislates del máximo accionista con el pretexto de la distancia y del ‘filtro’ que pasaban todas las noticias hasta llegar a Singapur. Incluso teorizaban que la culpa era de Anil Murthy y que, sin su figura, Lim volvería a ser un buen gestor para el valencianismo. La teoría queda desmontada tras sus palabras: Peter Lim sabe perfectamente lo que pasa en Valencia… y no podría darle más igual.
3) Compró el club para conocer gente de negocios y expandir sus empresas. Ni más, ni menos: el Valencia es para él un «activo-trofeo». El párrafo inicial («ser dueño del Valencia ha sido increíblemente bueno para poder hacer networking«) es una de las muchas puñaladas que guarda el texto entre sus párrafos. Ni por sentimiento, ni por amor al fútbol, ni porque -tal y como vendieron sus agentes comerciales, que ahora claman airados que fueron engañados- quisiese hacer del Valencia CF un club grande. Una persona de pasta compra un activo por una fracción de lo que realmente vale para conocer otra gente con pasta y generar todavía más pasta. ¿El club? Bien, gracias.
4) Liquidación 2020. El Financial Times lo expresa con claridad meridiana: «fire sale», liquidación a bajo coste. Lim sabe perfectamente que malvendió gran parte de la plantilla el verano pasado con el objetivo principal de abaratar costes y el objetivo secundario de ‘limpiarse’ figuras que podían resultar molestas para la organización, como Parejo, Rodrigo, Camarasa u otras figuras que alzaron la voz en su día tras el despido de Marcelino y Mateu Alemany.
5) La versión de Marcelino cobra cuerpo. Se ha disparado contra el extécnico diciendo que el argumento que usa para explicar su despido (que Lim pidió que ‘tirasen’ la Copa y le desobedecieron) no era creíble. Bien, tras escuchar a Peter Lim desdeñar todo aquello que hace viable un club de fútbol (la conquista de títulos incluida)… ¿de verdad resulta tan difícil de creer que echasen al asturiano por insubordinarse y desobedecer órdenes al ganar la Copa, pese a hacer felices a miles de aficionados por el camino?
6) ¿Racismo? ¿En serio? «Sheikhs, kings, mafia, black, white and yellow». O, en español, jeques, reyes, mafiosos, negros, blancos y amarillos. Así describe Lim los cenorrios o comilonas de los hombres más poderosos del fútbol mundial, los que cortan el bacalao en la Champions League. Meriton, que lleva un par de años sacando la bala del racismo para descalificar a aquellos que critican su gestión, resulta que tiene como propietario a un señor que no duda en llamar mafiosos a los propietarios de otros clubes europeos. Me reiría si no fuese tan lamentable.
7) Dice que no vende… y mucho menos por 100 millones. El equivalente financiero a aquel dicho de Pedro Cortés de ratificar al entrenador hasta el minuto antes de destituirlo: esa va a ser la postura de Lim hasta el minuto antes de estampar su firma en un cambio de poder accionarial, si la justicia no le mete mano antes de alguna manera. Que no vende. Curioso: un señor que, a nivel interno, se queja de que la inversión en el Valencia CF le ha hecho perder dinero… y resulta que no quiere vender un activo deficitario. Sólo hay dos explicaciones posibles: o quiere aumentar el valor del activo para venderlo… o, en realidad, sí que gana dinero con el Valencia CF. El resumen lo tenéis en los derechos de ocho futbolistas que ha usado para asegurarse cobrar de vuelta -y con intereses- el préstamo del pasado verano. Por si acaso el concurso de acreedores asoma la cabeza en el horizonte y toca recoger trastos y largarse.
8) Ataque a los valencianos. El desdén con el que habla Lim de la sociedad valenciana es desolador. A su juicio, sus críticos intentan «asegurarse de que no venda el club a nadie que no sea ellos». Entonces, ¿el club está en venta? ¿En qué quedamos? Y luego, el remate: «Esta gente argumenta que ‘como somos valencianos, conocemos el club’. Pero con valencianos al frente el club se fue a la ruina, ¿verdad?». El señor Lim no es precisamente de Algemesí y los niveles de deuda del club están por las nubes, los peores resultados deportivos de la historia se han cosechado bajo su mandato y la desafección entre la afición jamás fue tan alta. En comparación, los valencianos que le precedieron -algunos- parecen Tim Cook.
9) Se la bufa todo. «Esto es bonito. Me despierto, soy dueño de un equipo de fútbol y a ver qué pasa. No hay más». Es una de las mayores faltas de respeto que jamás se han dicho o escrito sobre lo que es el Valencia CF o el sentimiento que conlleva. No, señor Lim: el Valencia no es un par de zapatos ni una chaqueta molona para vacilar con los colegas. No se puede ser tan desahogado.
10) Una de Ibuprofeno. … O quizás sí. Porque el desdén y el clasismo que desprenden sus últimos comentarios hacia el descontento de los aficionados («entre nosotros, entre amigos, solemos decir que las cosas más pequeñas te dan los dolores de cabeza más grandes») es absolutamente aterrador. Y, a la vez, todo un reto para el valencianismo. Tras ver la respuesta popular el 8 de mayo… quizá el dolor de cabeza pase a ser crónico y le dure una buena temporada. O, al menos, hasta que venda y se marche.
JUAN JOSE CLEMENTE COLLADO
Publicado el 22:15h, 09 mayoInteresante. Pero discrepo en alguna cosa. La manifestación del sábado debemos venderla como un éxito, pero 6000 personas en una ciudad de 750.000 habitantes, una provincia con más de 2..500.000 habitantes y un club con más de 30.000 socios, me parece muy poca gente para lo que nos jugamos. Luego está el tema de la repercusión, Lo políticamente correcto es decir que no deben de haber incidentes y todo debe transcurrir sin ningún altercado. Pero seamos realistas ayer yo me vi las noticias de los canales que puede y repercusión la justa. En el extranjero dudo que haya salido en muchos sitios y que haya tenido repercusión mediática más allá de la prensa especializada. Para tener repercusión de verdad y que esto hubiese dado la vuelta al mundo teníamos que haber hecho como mínimo algo como hicieron en Manchester. Es la diferencia entre una gente con pelotas para luchar por lo suyo y unos meninfots conformistas como nosotros. Lim se caga en nosotros y solo reaccionara Si de verdad siente el hierro. y ve las orejas al lobo. Que debemos ser la afición pero a realidad es que no pasamos de ser unos chihuahuas ladradores y muy poco mordedores