El equipo de deportes al completo tras el último programa
… este cuento, por el momento, se ha acabado.
El paso de los días ha servido para templar emociones y equilibrar la cantidad de cosas que me venían a la cabeza el pasado 15 de marzo a eso de las cuatro de la tarde. La luz roja del estudio principal de Punto Radio Valencia se apagaba para no volver a encenderse nunca más. Curiosamente, la emisión en Valencia fue la última de toda España en conectar su enlace a la Cadena Cope a las 16:00 horas en punto. No podía ser de otra manera: lo nuestro siempre fue resistir contra viento y marea.
No quiero repetirme, pero echar la persiana de este modo supone un final demasiado anticlimático a una historia que ha ocupado prácticamente una tercera parte de mi vida personal. Y si hablamos de mi vida profesional, el porcentaje aumenta hasta casi el cien por cien.
A finales de 2004 pisé por primera vez la redacción de la calle Gremis de la mano de mi padre, pocas semanas después de haber comenzado la licenciatura de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Valencia. Era un martes. «Me voy a una tertulia en la radio», me dijo. Le acompañé. Me senté en un rincón del estudio mientras David Blay -el primero de los muchos maestros que he tenido- conducía la Tribuna Granota.
Mientras el piloto rojo seguía encendido, yo entraba y salía del estudio, me paseaba por la redacción, observaba fascinado el cristal, la mesa de mezclas, los ordenadores de edición. Todo. Repetí la operación un par de semanas hasta que, un día, Alfonso -director de la emisora- me preguntó por mi incipiente curiosidad. Le expliqué que acababa de empezar la carrera.
«Vente la semana que viene un rato», me respondió.
Ni siquiera el último día Mateu dejó hablar a nadie…
Primero fue un rato, luego varias horas, luego días enteros. Empecé aprendiendo lo básico: cableado, enlaces, control de sonido, subir y bajar regletas.Vicente Zamora y Óscar Montesinos emplearon horas de su tiempo en enseñarme. Un día,Amparo Galduf me metió en el estudio de grabación a intentar, sí, «intentar» ayudarme a locutar. Nunca podré agradecérselo lo suficiente. De ahí pasé a co-presentar «Abierto a Mediodía» en verano de 2005, con Zamora. Y también en verano de 2006, con Alberto Navarro. No estaba Palomar, pero daba igual: el aprendizaje express ya nunca se detuvo.
Luego llegarían momentos delicados a nivel personal, en los que el hecho de tener una razón para levantarme cada día (la radio) y otra familia en la que apoyarme (Kike Mateu, Jose Molins, Jose López y Juan Carlos Villena) me ayudaron a salir del pozo. Viajé por toda España como inalámbrico en campos de Primera, de Segunda, en canchas de baloncesto, en infinidad de eventos deportivos. En verano de 2008, Kike Mateu se tiró al vacío sin red poniendo a un papanatas de 21 años a dirigir las retransmisiones deportivas de Las Provincias Punto Radio: en aquel momento, y durante mucho tiempo, la única emisora privada local que daba cobertura a Valencia CF, Levante UD y Valencia Basket.
Trece años dan para mucho. Mirar atrás te ayuda a comprender la importancia que el 92.0 FM ha tenido para tantas personas, para tantos oyentes. Escuchar grabaciones antiguas te ayuda a percatarte de lo mucho que has cambiado. De lo mucho que has crecido. La gente que has conocido y te ha acompañado en la redacción: Maria José, Inma, Natalia, Nuria, Silvia, Octavio, Gil, Eugenio, Sergio, Chema, Alberto, Luis, Mar, Noelia, María, Soraya… Comentaristas, compañeros y tertuliano sque son parte de ti: Ciraolo, Óscar, Javi, Alex, Serrano, Gallardo, Jose, Rivera, Puchades, Gimeno, Furió, Hermes, Vidal, Burgos, Cohen, Labra, Toni Triple, Moisés, Kempes, Carmen, Benaiges, Companys…
Y, por encima de todos, mi gente: Cortés, Villena, Molins y Mateu. Jamás habrá un equipo de trabajo tan especial, leal, honrado y apasionado.
Punto Radio ha dejado de existir. La emisora ha puesto el punto y final. Las personas que la formábamos, en cambio, ponemos el punto y seguido. Nos quedan, si nos dejan, muchas historias que contar.
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