25 Feb Oscars 2013 (II y final): Hay que Argoderse
Los Oscars 2013 llegaron y se fueron casi sin darnos cuenta. Se ha hablado de la chispa (algo exagerada por los «mass media») de Seth McFarlane, correcto como presentador de la ceremonia pero cien veces menos afortunado que Tina Fey y Amy Poehler en los Globos de Oro. También de la caída de Jennifer Lawrence al subir a recoger su premio, instante fugaz aprovechado por Hugh Jackman para recordarnos al resto de hombres sobre la faz de la Tierra nuestra pertenencia a un escalón inferior. Saltó de su asiento como Lobezno para asistir a la damisela en apuros cual Jean Valjean. Y todo sin que se le moviese un pelo. Un referente.
(Los palos a Anne Hathaway por su discurso quedan para otro análisis en el futuro. Coincido con la opinión generalizada: la muchacha parece tener su Matrix particular donde, en lugar de ella misma, interpreta el papel de una actriz modesta que posteriormente interpreta papeles de éxito en filmes de renombre. Una matroska de Hollywood a la que le vendría bien, tras ganar el Óscar, relajarse un poco, cambiar de asesores de comunicación y dedicarse a ser natural, en lugar de impostar y forzar sonrisas innecesarias. Su aparición hace unos meses en el «Saturday Night Live» imitando a Claire Danes en su papel de «Homeland» demuestra que, cuando quiere, la chica sabe desmelenarse).
(Joder, incisos literarios introspectivos en mitad de la narración. Este blog parece ya la típica novela de E. L. James… o peor, de J. K. Rowling. Volvamos al tema).
Analizado a posteriori, debo confesar que me sorprende una barbaridad el Oscar a «Argo» como mejor filme de 2012. Sí, es una buena historia, su ritmo narrativo es correcto y posee uno de los mejores repartos corales del año, junto al de «Les Miseràbles». Pero poco más. A su favor juega la duración (¡al fin una película que dura menos de dos horas!) y el tono setentero que impregna todo el metraje. Por contra, un argumento lineal y sin mucha «chicha» que extraer. Eso sí, es una película de actores, y las interpretaciones han logrado conquistar a los críticos de la Academia para acabar alzándose con el galardón. Bien por Ben Affleck, cuya carrera como director tras «Argo» y la anterior «The Town» pinta bastante mejor que su carrera como actor.
La mejor interpretación femenina, como apuntábamos al principio, fue a parar a Jennifer Lawrence. Partiendo de la base de que su personaje en «El Lado Bueno de las Cosas» es demasiado perfecto para ser real -mujer joven y viuda, con trastorno de personalidad, afición al sexo, al running y unas curvas que quitan el hipo-, su innegable magnetismo consigue hacerte olvidar la evidente juventud de la actriz con respecto a la madurez de las emociones que debe transmitir en pantalla. Hablando de madurez, sorprende la seriedad de un Bradley Cooper que, por una vez, parece estar decidido a actuar y no a comportarse como un «viva la virgen» en pantalla («Resacón en las Vegas», «El Equipo A», etc). Sobre De Niro, resumiremos la jugada en que se trata de su mejor papel en los últimos diez años. Sí, llevaba mucho tiempo bajo de forma…
En aras de la brevedad, concluimos: «Lincoln» es un peliculón; «La Vida de Pi», irregular aunque con los mejores efectos en 3-D que recuerdo desde «Avatar» (empate técnico con lo visto en «El Hobbit»); y «Hitchcock«, una enorme tomadura de pelo.
Como cierre, el punto álgido sin duda de estos Oscar 2013: «One Day More», en vivo y en directo, con todo el reparto de «Les Miseràbles», que pese al premio a Hathaway ha sido la gran damnificada en una edición repartida, repartida, como la Lotería Nacional.
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