14 Jul Paterna como microcosmos
Paterna es un sitio peculiar. Para algunos presidentes recientes, como Llorente, un gasto de seis millones al año. Para otros, una inversión. Para la mayoría de nosotros, un lugar al que acudir a ver formarse a las promesas del mañana. Hace casi un lustro que descubrí lo gratificante que es ver in situ los partidos del Valencia Mestalla en vivo y en directo, siempre que el trabajo y las retransmisiones lo permiten, para adivinar y tratar de ubicar al siguiente Isco, al siguiente Robert, al siguiente Gayà o al siguiente Alcácer.
Y en todo este tiempo, muchas de las figuras inalterables con las que te cruzas a diario son también parte activa de la formación de chavales prometedores, lejos de sus familias, a veces internos en la Ciudad Deportiva y que ven en sus entrenadores una suerte de reemplazo, muchas veces, de las figuras paternas. Hablo de entrenadores, técnicos, ojeadores, fisios, ATS, jardineros, señoras y señores de la limpieza, utilleros, administrativos y, cómo no, el mítico Españeta y su inconfundible sonrisa.
Pasan los años y coges cariño a toda la gente que trabaja a diario en el club, su club, para hacer que funcione y para hacerlo más grande.
Debería ser motivo de alegría cada vez que haya jornada de puertas abiertas -gracias Unai por cerrar a cal y canto los entrenamientos, al estilo Koeman– y Paterna se llene de chavales y aficionados con ansias de ver de cerca a sus ídolos. Del mismo modo, debe ser motivo de alegría que la plantilla haya hecho propósito de enmienda en la última temporada y atienda de forma habitual a todos los seguidores: hace no mucho, el ‘premio’ con el que se encontraban los fans era algún supercoche pasar rozándole a cien por hora en el aparcamiento. Fernando Gago, sin ir más lejos, era un buen émulo de Vin Diesel en este sentido.
Por contra, no acabo de entender a aquellos que ensalzan o critican el trabajo realizado en la Ciudad Deportiva sin tener un mínimo conocimiento de las personas y trabajadores que la componen. Los palos pueden llegar de múltiples direcciones, desde que «no se saca un central decente» hasta que «el Valencia no tiene un estilo definido desde críos». Ninguna de estas dos afirmaciones es cierta, y sin embargo se la he escuchado a seguidores que reconocen no haber pisado Paterna en su vida.
Estadísticamente, hay mucho neófito en asuntos de cantera. Y este dato es entendible y comprensible porque, del mismo modo que hay aficionados de Valencia capital que no se han acercado nunca a ver a los chavales, hay otros hinchas acérrimos que, para su desgracia, no pueden hacerlo aunque quieran por motivos de distancia geográfica.
PORTEROS: CAMBIOS, SALIDAS Y VERSIONES DE LOS HECHOS
El -extenso- prólogo anterior sirve para enmarcar lo ocurrido este lunes. Paterna, por definición, es un lugar rotatorio donde la materia prima llega, crece, madura, mejora, explota y, si las condiciones se dan, se vende por una cantidad alta de dinero. Quizá la excepción sea la de David Albelda, único caso reciente que me viene a la memoria de ‘one-club player’ capaz de suplir en el imaginario colectivo a los Arias, Puchades y compañía. Jugadores con un sólo club en su trayectoria, o casi. El resto de canteranos ilustres y formados en Paterna han acabado siendo vendidos, como ha ocurrido con Albiol, Silva, Jordi Alba o, más recientemente, Juan Bernat. De tropelías como lo de Isco -malvendido por seis para ver como el Málaga sacaba treinta ‘kilates’ dos años después-, mejor no hablar.
Los jugadores vienen y van. No todos llegan a la élite. Pero, por regla general, los cambios en la parcela técnica se limitan a puestos muy específicos. Primeros entrenadores, jefes de los servicios médicos, director deportivo… Los ‘curritos’, soldados rasos, las figuras inalterables de las que antes hablaba, normalmente no se ven afectados porque su trabajo es bueno y porque los resultados les avalan.
Oficialmente, el Valencia CF ha dado un vuelco total a su estructura de tecnificación de porteros. Borrón y cuenta nueva al 90%, dado que no se estaba de acuerdo con la forma de trabajar en la actualidad. La única figura que sobrevive a la criba es la de Luis Vicente de Miguel, ‘Luivi’, incorporado hace un año procedente del Villarreal. También Toni Ibáñez, preparador de guardametas en las categorías de fútbol-8. Desde el club se traslada que él y Ochotorena han ideado la nueva metodología que se va a implantar, con nuevos técnicos escogidos de fuera de Paterna.
A efectos prácticos, seis personas fueron ‘cortadas’ de Paterna. Cinco entrenadores de porteros y uno de los fisioterapéutas más veteranos. Luis Pascual, Andrés Marrama, Javi Peiró, Agustín Segura, Alejandro Sarrión y el mítico Ximo Galindo. Se les notificó su salida un 14 de julio. Gran parte de ellos, por no decir todos, tendrán dificultades a estas alturas para encontrar acomodo en cualquier otro club profesional con la pretemporada ya comenzada desde hace días.
Los agraviados creen que el procedimiento no ha sido normal. Que algo raro ha ocurrido. Que tardar tanto en comunicar una decisión de ese calibre indica malicia en la parte contraria. Que hasta ayer nunca nadie les dijo que estuviesen desempeñando mal su labor. El club y la dirección deportiva, en cambio, explican la decisión como un movimiento estratégico para reforzar la parcela de la formación y preparación de guardametas. Me resulta difícil -tras haber consultado a todas las partes, como siempre- ser más ecuánime en ambas afirmaciones, aunque obviamente cada uno leerá e interpretará a su antojo.
Los cambios en Paterna a este nivel, lejos de los focos, son los que suelen tener más repercusión dentro de la cantera. Como decíamos antes, son muchas horas, semanas, meses y años de trato diario con los chavales y el resto de empleados. El valencianismo de todos ellos queda fuera de cualquier discusión. Hubo cambios en el pasado, ha habido cambios en el presente y habrá cambios en el futuro. Algunos, a corto plazo. Podían leerse en el rostro del ‘Chato’ Arroyo, que ha pasado de formar parte del cuerpo técnico del Juvenil A campeón de Liga armado junto al Pipo Baraja a ser ‘cortado’. Su destino parece ser uno de los Cadetes del club. No ha sido degradado, porque todos los equipos de Paterna son igual de importantes, pero las formas podrían ser mejores. Eso, o al menos así lo ve servidor, también es GloVAL Respect.
Son asuntos espinosos y delicados porque involucran a personas que lo sienten muy dentro y que han dedicado buena parte de su vida al club de sus amores. No queda otra que desear buena suerte a los que se van, y buena suerte a los que llegan. Pero quizá sí habría que reflexionar sobre la toma de decisiones de este calibre en pleno proceso de venta, siempre cerca de rematarse pero -de momento- todavía sin consumar.
Las circunstancias son las que son y se llevan a gente inocente por delante. Que le pregunten si no a Pizzi, entrenador ratificado en mayo, despedido en junio e indemnizado en julio. «Te ha tocado», le dijeron. Si estas cosas ocurren con el técnico del primer equipo, no tendría demasiado sentido que la parte baja del organigrama se sintiese inmune a las revoluciones de personal.
Foto: FutbolSomos.com
PD. De los representantes hablamos otro día, ya que el propio Valencia ha puesto el punto de mira sobre su labor.
ACTUALIZADO 16/07/14 18:20 horas. Tras mantener una reunión este miércoles con el club, se le ha comunicado al preparador Agustín Segura que sí seguirá trabajando como técnico de porteros en la Academia dentro de la nueva estructura de tecnificación.
ACTUALIZADO 21/07/14 12:37 horas. A fecha de hoy, el ex jugador y leyenda valencianista Carlos Arroyo sigue esperando una llamada del club para recibir la explicación de su salida del Juvenil A… y también para recibir confirmación de su continuidad o no en uno de los equipos Cadetes de Paterna. La situación de Rubén Baraja al frente del Juvenil A sigue siendo una incógnita. El club ya ha contactado con Fernando Morientes como posible reemplazo del ‘Pipo’ en su equipo o, en caso de seguir, como técnico ayudante y responsable del Juvenil B.
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